Cómo poner en valor suelos rústicos en desuso
Desde la arquitectura holística siempre se busca poner en valor todo tipo de terrenos de modo que sean focos de prosperidad social, económica y ecológica. Así, a través de proyectos que integran urbanismo, funcionalidad y modelo de negocio, se puede llegar a multiplicar las posibilidades de todo tipo de parcelas, tanto urbanas como rurales.
En concreto, los suelos rústicos en desuso son los que mayor potencial tienen para lograr estos objetivos ya que son un lienzo en blanco repleto de oportunidades. Lo son tanto para el entorno, pues lo regeneran y enriquecen, como para el inversor, quien puede obtener grandes beneficios.
Cabe añadir que, al tratarse de suelos con poca demanda y que no suelen tener competencia en su entorno, las inversiones pueden resultar más asequibles, y por tanto más rentables, que otros proyectos ubicados en zonas urbanas o rurales saturadas. Por no hablar del enriquecimiento que un proyecto holístico de este tipo implica para las personas que viven a su alrededor y de los beneficios que puede suponer para el ecosistema. Así pues, a lo largo de este artículo detallaremos cuáles son las mejores formas de poner en valor los suelos rústicos en desuso.
Pasos previos para valorar las posibilidades del suelo rústico
Lo primero que hay que hacer cuando se dispone de un terreno rural es analizar todas sus variables. Esto se debe a que, al tratarse de un terreno rústico, los proyectos siempre deben cumplir con unos estándares de respeto contextual, cultural y de entorno que resulten viables, sin interferir en la naturaleza de la que es parte dicho suelo. Todo ello implica:
- Realizar un análisis pormenorizado de las características ecológicas y biológicas del suelo, de modo que hagamos el proyecto que hagamos, respetemos siempre el ecosistema al que pertenece.
- Analizar el contexto del terreno a nivel social y cultural para garantizar que el proyecto se integra adecuadamente en él.
- Valorar el tipo de permisos y licencias necesarios para viabilizar el proyecto garantizando que se siguen las normativas municipales y nacionales, de modo que sea posible saber qué se puede hacer y que no.
- Estudiar los mecanismos, funciones y elementos mediante los cuáles el proyecto aportará vida, economía y sostenibilidad en su entorno.
- Realizar un estudio de mercado que permita conocer qué tipo de proyecto será más rentable para el inversor.
En consecuencia, será posible decidir qué tipo de proyecto será el más adecuado y respetuoso, a la par que se garantiza la mayor rentabilidad posible. Generalmente, este análisis suele abrir la posibilidad para ejecutar cuatro tipos de proyectos diferentes:
- La experiencia turística.
- Los proyectos saludables.
- Otros proyectos de rentabilidad.
- Proyectos sin ánimo de lucro.
Proyectos que se pueden hacer en suelos rústicos en desuso
En la siguiente tabla se muestra, a modo de resumen, los diferentes tipos de proyectos que pueden aportar una segunda vida a un suelo rústico con un impacto positivo en su entorno:
Experiencia turística | Proyectos Saludables | Otros proyectos de rentabilidad | Proyectos sin ánimo de lucro |
Agroturismo | Desintoxicación tecnológica | Energías renovables | Santuarios de animales |
Turismo de la naturaleza | Rehabilitación psicológica y física | Actividad agrícola | Comunidades aisladas |
Turismo de aventuras y experiencias | Centros geriátricos | Actividad ganadera | Otros |
Glamping | Turismo de salud y bienestar | Soluciones habitacionales |
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Eco-hoteles | Turismo de regeneración | Colivings |
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Enoturismo | Aventuras con propósito |
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Turismo gastronómico | Turismo fitness y Bootcamps |
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Astroturismo |
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Transformar el suelo rústico en una experiencia turística
La forma más habitual de poner en valor un suelo rústico en desuso es crear una experiencia turística en torno a dicho terreno. Es decir, se busca revivir el terreno atrayendo un turismo sano y consciente que quiere realizar actividades propias de las zonas rurales. En este sentido, el abanico de opciones es muy amplio ya que se pueden ejecutar proyectos de:
- Agroturismo.
- Turismo de la naturaleza.
- Turismo de aventura y experiencias.
- Glamping.
- Eco-hoteles.
- Enoturismo.
- Turismo gastronómico.
- Astroturismo.
Mediante cualquiera de estos proyectos se pretende fomentar la conservación ambiental de la zona a la par que se genera un beneficio económico y social derivado de la actividad del modelo de negocio propuesto.
Agroturismo
Un proyecto basado en el agroturismo tiene como eje central acercar la vida agrícola y rural a personas que no la conocen o que quieren desconectar de la vida moderna. De este modo se proyectan instalaciones, edificios y un modelo de negocio que fomentan actividades basadas en:
- La jardinería y la agricultura de la zona.
- La cría y el cuidado de animales a través de actividades ganaderas o santuarios de fauna.
- El descubrimiento y la aplicación de técnicas sostenibles con el entorno y a la vida diaria.
- La elaboración de productos artesanales mediante los recursos propios de la zona.
Un ejemplo tradicional de este tipo de proyectos son las granja-escuelas. No obstante, las opciones son muy variadas, como los centros de apicultura, los eco-huertos, etc. Sea como fuere, mediante la arquitectura holística se pretende crear entornos modernos y atractivos que aprovechen todas estas actividades para atraer a un perfil de turista mucho más amplio.
Turismo de la naturaleza
Otra gran manera de aprovechar un suelo rústico en desuso es mediante el turismo de la naturaleza. Es decir, se trata de proyectar un complejo que favorezca el disfrute de la naturaleza explorando el entorno, realizando rutas, contemplando los paisajes y la fauna, etc. Ello incluye la realización de actividades al aire libre como:
- La pesca.
- Los deportes acuáticos en lagos o ríos.
- La fotografía.
- Los paseos en bote.
- Las visitas a cuevas.
- La recolección de frutas y setas silvestres.
- El camping.
En general, es fácil encontrar resorts rurales que llevan años aplicando este modelo de negocio, por lo que es uno de los más competidos. Además, es una propuesta que depende mucho del emplazamiento del suelo rústico ya que requiere de un entorno natural rico y atractivo.
Turismo de aventura y experiencias
Una vertiente más intensa del turismo de naturaleza es el que está enfocado en la aventura. En este sentido, se trata de proyectos que fomentan el uso del suelo rústico a través de actividades más intensas y atrevidas. Por ejemplo:
- La escalada y el montañismo.
- El puenting.
- El ciclismo de montaña.
- El kayak, el canotaje y el rafting.
- La tirolesa o tirolina.
- El surf de remo.
- El parapente y el salto en paracaídas.
Dentro de esta categoría se encuentra una opción muy interesante y mucho más desafiante, el turismo de vuelta a lo básico. Es decir, una experiencia centrada en vivir sin electricidad ni grandes comodidades donde las actividades diarias consisten en conseguir los recursos necesarios para comer y sobrevivir en la intemperie.
Glamping
En el otro lado de la balanza se encuentra el glamping, un tipo de turismo centrado en el camping de lujo. Es decir, en este tipo de proyectos los huéspedes se alojan en campings que cuentan con comodidades de alta gama y que ofrecen experiencias exclusivas mientras se está rodeado de naturaleza.
Si bien a día de hoy no todos los negocios dedicados al glamping son especialmente respetuosos, desde la perspectiva holística se propone un camino mucho más responsable y sostenible. Así pues, además de ofrecer un alojamiento excelente, la mejor forma de diferenciarse en este sector es basarse en una filosofía similar a la que aplican los eco-hoteles, de modo que…
Eco-hoteles
Los eco-hoteles son establecimientos eminentemente holísticos que siguen las bases de este tipo de arquitectura. En este sentido, se caracterizan por:
- Aplicar la arquitectura consciente mediante el uso de materiales sostenibles, espacios sensibles, diseño inteligente, etc.
- El respeto por el entorno social, cultural y ambiental.
- La eficiencia energética y el aprovechamiento de recursos naturales como la luz, la ventilación y el agua.
- La gestión de residuos eficiente y ecológica.
- El objetivo de generar el mínimo impacto en la huella de carbono.
- Ofrecer servicios con una filosofía de mínima contaminación, máximo bienestar, aprovechamiento de los recursos locales, etc.
- Incluir programas de eco-educación, concienciación, apoyo a la comunidad local, igualdad social y justicia laboral, etc.
- Diversificar las funciones y la intención del proyecto para que resulte lo más útil y positivo posible en su contexto.
En general, son proyectos que tienen conocimiento de lo que son y buscan respetar todos los ámbitos que atañen a un hotel. Esto atrae a un perfil turístico muy concienciado que quiere disfrutar de la vida sin que ello suponga explotar indebidamente a las personas, los recursos y el entorno.
Enoturismo
El ya bien establecido enoturismo supone crear proyectos que giran en torno al vino. Así pues, los establecimientos ofrecen experiencias que van desde el cultivo de la uva, pasando por todas las fases de la producción del vino, hasta culminar en la cata y el maridaje.
En este sentido, estos proyectos integran la agricultura, la producción tradicional y ecológica del vino y el placer gastronómico. Así, es posible recuperar suelos rústicos en desuso a través del cultivo de viñedos, lo cual genera un modelo de negocio que se lucra mediante tres posibles vías:
- Hospedaje de turistas y todos los servicios derivados del alojamiento en una estancia.
- Venta de experiencias como las visitas guiadas por los viñedos, las catas e incluso restaurante. También puede incluir experiencias relacionadas con el entorno local.
- Venta del vino y otros productos producidos en el propio viñedo.
Turismo gastronómico
Si bien el enoturismo es una rama especializada del turismo gastronómico, existen muchas otras variantes. Estas son muy amplias, aunque las más comunes son las que están centradas en la cocina local y tradicional, la de autor y la experimental.
A grandes rasgos, el turismo gastronómico busca ofrecer una experiencia enfocada en experimentar con el paladar y descubrir nuevos sabores y propuestas. A su vez, algunos establecimientos también ofrecen la posibilidad de aprender sobre el origen de los ingredientes clave y la artesanía detrás de los productos utilizados en la cocina que se vaya a degustar.
Esta forma de poner en valor un suelo rústico en desuso busca aprovechar los recursos culinarios propios de la zona, de modo que puede integrar cultivos, ganadería, artesanía y la recuperación de tradiciones culinarias locales.
Astroturismo
Otra gran manera de aprovechar suelos rústicos abandonados, y una de las más económicas, es proyectar establecimientos que ofrezcan el astroturismo. Es decir, son proyectos que integran experiencias basadas en disfrutar, observar y descubrir el cielo nocturno y los astros sin ninguna contaminación lumínica.
Lógicamente, en este tipo de proyectos las actividades principales se realizan de noche, aunque no es el único tipo de experiencias que ofrecen. También es posible ofrecer educación relacionada con la lectura atmosférica durante el día para saber qué tiempo va a hacer, sobre la calidad del aire, etc.
En muchas ocasiones, este tipo de turismo se combina con campings o glampings que cuentan con algún tipo de techo transparente. Así se favorece el disfrute del cielo nocturno desde la comodidad y el descanso.
Transformar el suelo rústico en una experiencia o proyecto saludable
Si bien la gran mayoría del turismo se enfoca en el ocio y el placer, existe una tendencia cada vez más clara que demuestra que la gente quiere vivir experiencias saludables. Es decir, está incrementando el número de turistas que prefieren dedicar su tiempo libre para recuperarse o desarrollarse física y psicológicamente. Por otro lado, también existe mucha demanda relacionada con un público que necesita sanación guiada por profesionales, ya sea terapéutica, homeopática o filosófica.
Así pues, se abre la posibilidad para crear proyectos holísticos enfocados a:
- La desintoxicación tecnológica.
- La rehabilitación psicológica y física.
- Los centros geriátricos.
- El turismo de salud y bienestar.
- El turismo de regeneración.
- Las aventuras con propósito.
- El turismo fitness y los bootcamps.
Centro de desintoxicación tecnológica
Una forma idónea de poner en valor un suelo rústico es crear un centro de desintoxicación tecnológica. Es decir, crear un complejo enfocado a tratar adicciones de nuevas tecnologías como:
- El gaming: se trata de la adicción a los videojuegos, ya sean de consolas, de computadoras o de smartphones. Las actividades se centran en reconducir el placer y la ansiedad a través de otras formas de ocio y apreciación de la vida.
- Los smartphones e internet: implica a aquellas personas que están todo el día pendiente de su teléfono para chatear con personas, hacer binge-viewing (no parar de ver videos o series), leer noticias constantemente, etc. En estos centros se trabaja la conexión con uno mismo y con el mundo real poniendo en valor la importancia de lo analógico y de la experiencia en vivo.
- Las redes sociales: esta es una de las adicciones que mayor penetración tiene a día de hoy, pues genera ansiedad, inseguridad, prejuicios, expectativas poco realistas, etc. En los centros que trabajan este tipo de adicciones se busca deslegitimar las creencias de los pacientes al respecto de las redes sociales y se pone en valor las características verídicas de cada persona.
- Las apuestas online y el gambling: las apuestas online son similares al gaming, con el detrimento de poder llegar a arruinar económicamente a una persona. En este sentido, se trabajan terapias similares con un componente muy importante de concienciación.
- El FOMO: Mejor conocido como Fear Of Missing Out, se traduce literalmente como el miedo a perderse lo que está pasando. Este tipo de ansiedad está cada vez más presente entre los jóvenes y hace que estén siempre pendientes del móvil, de los videojuegos y de las redes sociales. Se trata de un problema derivado de un conjunto de problemas relacionados con las nuevas tecnologías. Para combatirlo se trabaja la paciencia y la apreciación de la vida cotidiana en centros especializados.
La clave de este tipo de proyectos es el aislamiento. Disponer de unas instalaciones alejadas del ruido de la ciudad y rodeadas de naturaleza propicia mejores resultados en las terapias y redunda en un mayor éxito de cara al cliente y al empresario.
Centro de rehabilitación psicológica o física y centros geriátricos
De un modo similar a los centros de desintoxicación tecnológica, también se puede poner en valor un suelo rústico para crear un centro de rehabilitación psicológica y física. En estos espacios, habilitados como una especie de resorts terapéuticos, se pueden trabajar todo tipo de problemas. En este sentido, lo importante es si se desea un alto grado de especialización o si se prefiere un servicio más genérico. Sea como fuere, los más habituales y que mejor encajan por el contexto son los siguientes:
- Centros de adicciones a estupefacientes: en ellos se trata la adicción a las drogas a través de la desintoxicación. Además, se combina con el tratamiento terapéutico tanto psicológico como médico si fuese necesario y actividades de reinserción social.
- Centros para personas que han sufrido un trauma: estos centros son más delicados ya que requieren de un tacto especial con los pacientes. En ellos se trabaja la superación del trauma y la recuperación de una vida normal.
- Centros rehabilitación física tradicional: se trata de centros donde se trabaja la recuperación de traumas físicos como la rotura de huesos o músculos. Si bien necesitan de una equipación específica, son más fáciles de gestionar que sus alternativas.
Otra opción similar, aunque no terapéutica, es dedicar el centro al cuidado de ancianos en una residencia. Un suelo rústico en desuso es idóneo para la instalación de un centro geriátrico, si bien tiene la condición de tener que estar cerca de un centro urbano y un hospital.
Turismo de salud y bienestar
Para darle una segunda vida a un terreno rústico también se puede plantear un proyecto enfocado al turismo de la salud y el bienestar. Este consiste en viajar para desconectar y curarse psicológica y espiritualmente.
Si bien este tipo de turismo tiene un componente terapéutico, este no es clínico. En consecuencia, los centros proyectados se plantean como una opción más sencilla de ejecutar que los centros de rehabilitación. Las posibilidades son las siguientes:
- Centro de bienestar holístico: son los centros más completos y se plantean como una forma de cuidar cuerpo y mente de forma integral. En ellos se incluyen todo tipo de actividades físicas saludables y que no generan estrés corporal, como la natación, los estiramientos, el yoga, etc. También se realizan actividades relajantes como la meditación, la contemplación de la naturaleza o los paseos. Además, se combinan con gastronomía saludable, así como comodidades y espacios enfocados al bienestar. Suelen contar, también, con un psicólogo, un fisioterapeuta y un homeópata para que los clientes dispongan de un servicio completo.
- Centro de recuperación: son centros similares a los de bienestar holístico pero centrados en recuperarse del estrés. En este sentido, suelen contar con un itinerario de actividades diseñadas para que al finalizar la estancia uno se sienta reforzado y con energía para volver a la rutina.
- Centro de retiro espiritual: son centros enfocados a la meditación, la oración y el sosiego. En ellos lo más importante es el silencio y el respeto entre quienes se encuentran allí para generar un ambiente energéticamente propicio. Así se logra que las personas puedan conectar con sus aspectos más profundos. En este sentido, existen muchos tipos guiados según la filosofía que se plantee trabajar en el centro. Por ejemplo, los hay que se enfocan en el budismo, en el hinduismo o en el cristianismo. Las instalaciones pueden ser también muy variadas según el grado de desconexión que se desee plantear.
Turismo de regeneración
El turismo de regeneración es aquel que se enfoca en revitalizar la fauna y la flora local. En ellos se realizan labores como repoblar bosques, reciclar productos, aprender a tener hábitos más conscientes o cuidar y mejorar la población animal esencial.
Las instalaciones de estos varían notablemente según la naturaleza de su actividad. No obstante, suelen contar con lo indispensable para garantizar una estancia agradable a la par que edificante. En este sentido, son un foco de interacción social que da lugar a nuevas relaciones.
Se trata de una propuesta ideal para rehabilitar un terreno rústico ya que implica expandir la intención original de aprovechar dicho terreno a la propia actividad que se realizará en el proyecto. Ahora bien, exige de un empresario muy concienciado y alineado con la actividad que se llevará a cabo en el centro.
Turismo de aventura con propósito
Una extrapolación del turismo de regeneración es el turismo de aventura con propósito. En este sentido, el objetivo es rehabilitar un suelo rústico para crear un centro que ofrezca actividades de aventura que integran regenerar el ecosistema que lo rodea.
Por ejemplo, se pueden explorar cuevas a la par que se conciencia sobre su valor en biodiversidad y las formas de protegerlo. Otro tipo de actividades es el montañismo combinado con la regeneración forestal. En general, el tipo de actividades que se puedan llevar a cabo dependerán de la zona y sus necesidades, así como de las posibilidades para hacer actividades interesantes para el público. Por este motivo, es importante contar con una buena capacidad creativa y analítica para dar con el turismo de aventura que mejor encajaría en dicho terreno.
Además, se realizan actividades formativas para concienciar y aprender sobre ecología, reciclaje, sostenibilidad y otras áreas relacionadas.
Turismo fitness y bootcamp
Dentro las maneras de transformar un suelo rústico relacionadas con el sector servicios, solo quedaría por hablar del turismo deportivo, también conocido como turismo fitness. Este se desarrolla en establecimientos equipados con lo necesario para disfrutar al máximo de un deporte en concreto, como el fútbol, el pádel o el beisbol. Para ello es imprescindible disponer de entrenadores, profesores que se encarguen del apartado formativo, fisioterapeutas y nutricionistas.
El público objetivo acude a este tipo de centros para prepararse de cara a competiciones, para disfrutar del deporte o para desconectar. Así se favorece un público relativamente amplio. No obstante, para aumentar la clientela también es posible ofrecer otras experiencias fitness, como talleres para aprender a ejercitarse, experiencias de inmersión deportiva o campamentos deportivos.
Por último, es interesante mencionar los Bootcamps. Se trata de centros que ofrecen experiencias de fin de semana durante los cuales se realiza ejercicio de forma extrema. Los Bootcamps se basan en el entrenamiento militar y suelen ser muy duros. A pesar de ello, atraen a mucha gente que quiere perder peso rápidamente o a quienes les gusta sentir la adrenalina del deporte.
Otras formas de rentabilizar el suelo rústico
Ya sea por la complicación inherente a la hostelería o la responsabilidad que supone la salud, no todos los inversores ni emprendedores están interesados en el turismo o las terapias. En este sentido, existen otras formas para poner en valor un suelo rústico en desuso relacionadas con rentabilizar el suelo a través de actividades esenciales. Así pues, hablamos de dedicar el suelo a:
- Generar energía mediante métodos renovables.
- Recuperar la actividad agrícola o ganadera original.
- Ofrecer soluciones habitacionales.
Energías renovables
Dedicar un suelo rústico para generar energía mediante tecnologías renovables es cada vez más común. Las opciones son amplias ya que España es un vergel en este ámbito. En zonas rústicas se pueden poner:
- Placas fotovoltáicas: son cada vez más eficientes y rentables, hasta el punto de llegar a saturar la red eléctrica en España gracias al volumen energético que generan. Se basan en generar electricidad a través de la energía solar.
- Molinos de viento: aunque son muy eficientes, son cada vez menos habituales debido al impacto negativo que algunos molinos tienen en las aves. Pese a todo, si se realiza un estudio adecuado y el terreno es apto, permiten generar mucha electricidad a través de la energía eólica.
- Centros geotérmicos: se trata de centrales que aprovechan el calor de la corteza terrestre para generar energía. Exigen de puntos geográficos clave, de modo que no todos los terrenos son aptos, si bien la mayoría se ubican en zonas rurales.
- Centros de bioenergía: son centrales que utilizan biomasa para generar electricidad y otros bienes mediante diferentes procesos. Requieren de una zona accesible para transportar eficazmente la materia orgánica.
Para desarrollar cualquiera de estas actividades es necesario realizar un análisis previo para validar si será posible ya que hay ciertos requisitos insalvables. El más importante es si existe conexión a la red eléctrica cerca o en el mismo terreno.
Actividades agrícolas y ganaderas
Dedicar un suelo rústico en desuso para recuperar la actividad ganadera o agrícola que se llevaba a cabo en ella es otra gran alternativa. No obstante, esta recuperación debe hacerse siguiendo ciertas pautas fundamentales:
- Tener en cuenta las regulaciones europeas y las necesidades del mercado para producir bienes de forma rentable e integrada en la Unión Europea.
- Trabajar con especies adaptables a la zona y que en ningún caso sean invasivas o perjudiciales para el entorno.
- Utilizar métodos de cultivo o cría éticos y respetuosos.
- Aplicar técnicas actualizadas que mejoren la eficiencia de la actividad.
Cabe añadir que no todo terreno es apto para la agricultura o la ganadería, aunque esta tuviese lugar en el pasado. Esto se debe a que muchas de estas actividades terminaron por deteriorar el suelo y el entorno, de ahí su cese. Si bien otro de los motivos que llevaron al abandono de estas actividades es la falta de rentabilidad, ya sea por trabajar con poco volumen o no disponer de clientela suficiente en zonas cada vez más aisladas.
En este sentido, suele ser necesario un proyecto de grandes dimensiones ubicado es parcelas de un tamaño considerable, de lo contrario es complejo alcanzar la rentabilidad. A ello hay que sumarle la disposición de distribuidores y compradores de los productos que se generen para garantizar la viabilidad del proyecto.
Soluciones habitacionales y Colivings
Dentro de las alternativas destinadas a rentabilizar el suelo rústico, la de destinar el terreno como una alternativa habitacional es de las más complejas. Esto se debe a los dos retos principales que supone esta tarea:
- La mayoría de terrenos rurales en desuso están en alguna medida aislados, lo que hace inviable construir viviendas ya que no habrá quien quiera ocuparlas. Además, existen otras opciones similares más atractivas como los pueblos, que ya disponen de infraestructura y conexiones.
- Construir solo viviendas no suele bastar para conseguir los permisos para transformar un suelo rural en uno urbanizable. En caso de ser posible, suele deberse a factores holísticos que ponen en valor la recuperación del ecosistema, la cultura y el entorno.
Teniendo esto en cuenta, si hay una alternativa habitacional en auge que puede llegar a ejecutarse: los Colivings. Se trata de residencias para nómadas digitales, personas que, por su estilo de vida, no disponen de una vivienda propia y viajan por todo el mundo hospedándose en dichos Colivings.
Estos centros se caracterizan por ofrecer un ambiente que aúna vivienda y espacios de trabajo, además de actividades de ocio para que los huéspedes socialicen. El aislamiento de los centros urbanos y la tranquilidad de la naturaleza son algunos de los factores diferenciales que atraen a más nómadas digitales a los Coliving, de modo que un terreno rural en desuso suele ser un lugar idóneo.
Proyectos sin ánimo de lucro
Por último, el terreno rústico en desuso puede usarse para realizar actividades sin ánimo de lucro como santuarios para animales, comunas o comunidades aisladas y otros.
El mayor reto de este tipo de proyectos es establecer una hoja de ruta que alcance la rentabilidad. En este sentido, suele ser necesaria una gran inversión inicial que funcione como un motor económico para la propuesta. Por ejemplo, en el caso de los santuarios para animales una opción es convertir parte del terreno en un safari que la gente pueda visitar y destinar los beneficios al mantenimiento del santuario.
Sea como fuere, son proyectos que exigen de una mayor responsabilidad que cualquier otro dada su naturaleza. Además, deben estar apoyados por una ONG, ya sea propia o externa, que avale el proyecto y su actividad.
Cómo transformar un terreno rústico en desuso
Los suelos rústicos en desuso se encuentran en abundancia a lo largo y ancho de toda nuestra geografía, pues el 88,2% del suelo español es rústico. Este se agrupa en:
- Tierras de cultivo (33,50%).
- Tierras de pasto y prados (16,50%).
- Superficie forestal (38,20%).
Gran parte de estos suelos se usan para actividades ganaderas o agrícolas y otras están protegidas por motivos medioambientales o culturales. No obstante, miles de hectáreas pueden transformarse para mejorar su entorno y desarrollar actividades que beneficien a todos.
En este sentido, en ZERO+ apoyamos a inversores y emprendedores ayudándoles a crear proyectos holísticos que regeneren el suelo rústico. Si tienes en mente transformar un terreno de este tipo para ponerlo en valor, no dudes en contactarnos. Con nuestro Master Plan ZERO+ diseñaremos las bases para que puedas viabilizar tu propuesta y darle una segunda vida al suelo rústico en desuso.